Una de las causas principales de la pérdida tafonómica es la destrucción ósea provocada por los carroñeros. Tras haber controlado la dispersión de los huesos de nueve ovejas y de los cadáveres de dos ovejas modernas cerca de las instalaciones de una granja y en un claro de un bosque cercano, se estableció la hipótesis de que la proximidad del asentamiento influía en múltiples actividades no humanas que provocaban modificaciones en los huesos. Se llevó a cabo un experimento para evaluar esta observación en el que se medía el ritmo de transporte de dos depósitos de restos óseos normales de matadero en ambos yacimientos. El acceso de los carroñeros (jabalíes frente a cánidos) difería entre ambos grupos, siendo mayor la intensidad cerca de las instalaciones de la granja. Parece demostrarse que la próximidad de los seres humanos modificaba la composición de los carroñeros al asustar y así alejar a los competidores salvajes de los perros.