Arqueologos norteamericanos se han implicado en la investigación del Paleolitico superior europeo desde los trabajos de G.G. McCurdy entre las dos guerras mundiales, pero especialmente desde las excavaciones de Hallam Movius en la Colombiere y l'Abri Pataud en los años 1950, con una clara aceleración en las últimas décadas. Han surgido desafíos intelectuales al paradigma cultural-histórico dominante en los estudios del Paleolítico superior europeo, especialmente con la aparición de la arqueologia procesual en los EE.UU (y de la prehistoria económica en Inglaterra). Aunque todavía pueden existir elementos de la verdad en el argumento de que hay diferencias trasatlanticas en cuanto a la definición operacional del concepto de "cultura" y en la pretendida capacidad de los prehistoriadores paleolíticos de identificar grupos étnicos reales, hay convergencias crecientes (Y algunas pre-existentes) sobre cuestiones de la "teoría a nivel intermedio" de la metodología, e incluso de la difinición de los problemas aptos para la investigación. Un simposio organizado por el autor en el Congreso de la UISPP en Lieja intentó esclarecer las áreas de convergencia y de divergencia entre los investigadores norteamericanos y europeos y evaluar las contribuciones -positivas y negativas- de los primeros, a fin de continuar un debate trasatlántico fructífero.